El rendimiento del vehículo se refiere a las funcionalidades, la eficiencia y el funcionamiento generales de un vehículo. Abarca aspectos como la aceleración, la autonomía de la batería, la seguridad, la aerodinámica y la gestión del agua, los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), la gestión energética y térmica, el ruido, la vibración y la dureza (NVH), la acústica, la resistencia y la durabilidad, los controles del vehículo y su manejo.
La ingeniería de rendimiento en automoción se rige por requisitos empresariales. Ofrece una optimización integral del sistema mediante un bucle continuo de pruebas y supervisión virtuales. Mediante una estrategia de anticipación, los fabricantes y proveedores de vehículos pretenden proporcionar un mejor valor empresarial descubriendo posibles problemas en las fases iniciales del ciclo de desarrollo. El uso de la simulación en fases iniciales del proceso de diseño y la comprobación virtual de si los productos cumplen los requisitos pueden ayudar a detectar los problemas en las fases iniciales y rectificarlos en un gemelo digital fácil de entender. Además, pueden explorar alternativas de diseño al principio de la fase de diseño, cuando cambiar de diseño es más fácil y tiene menos repercusiones.